Vecinos de Hurlingham reportan el robo de campanas en dos iglesias locales, generando preocupación por posibles ventas en el mercado negro y la repetición de hechos delictivos.

En las últimas semanas, la comunidad de Hurlingham ha sido testigo de una serie de robos que han afectado el patrimonio religioso de la localidad. Según las denuncias de los residentes, dos iglesias, Nuestra Señora de los Desamparados y Nuestra Señora de los Caminos, han sido víctimas de ladrones que se han llevado las campanas.

Estos incidentes, que se suman a otros robos reportados a principios de abril, han generado una creciente preocupación entre los vecinos. Algunos incluso han señalado que este podría ser el tercer robo de campanas en tan solo cinco meses, lo que refleja la gravedad de la situación.

Los investigadores han relacionado estos robos con el valor del bronce en el mercado negro, lo que ha encendido las alarmas sobre la posibilidad de nuevos actos delictivos en la zona. Existe una creciente inquietud sobre la posible venta de las campanas robadas en chatarrerías o a través de plataformas en línea.

Ante esta situación, las autoridades locales y la comunidad en general están trabajando en conjunto para aumentar la vigilancia y tomar medidas preventivas que ayuden a proteger el patrimonio histórico y religioso de la región. La cooperación ciudadana y el fortalecimiento de la seguridad se presentan como elementos clave en la lucha contra este tipo de delitos.

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