Cielos vibrantes, motores que rugen y un aeródromo colmado de familias dieron marco a la segunda edición de Escobar Vuela 2025, que volvió a transformar al partido en epicentro de la aviación civil y del entretenimiento de la región. Organizado por la Municipalidad de Escobar y el Aeroclub local, el encuentro convocó a miles de vecinos y visitantes que se acercaron al aeródromo de Belén de Escobar para disfrutar de una jornada llena de adrenalina, emoción y el clásico clima de fiesta popular.

En esta edición, la muestra redobló la apuesta: sobre la pista y en el aire se lucieron aviones y helicópteros de fuerzas federales y provinciales, junto a aeronaves privadas y unidades históricas que integran el patrimonio aeronáutico nacional. Entre los protagonistas se destacaron figuras de primera línea de la aviación argentina como Jorge Malatini, uno de los máximos exponentes de la acrobacia aérea del país, a bordo de su PITTS S-1; Gerardo Sánchez con el FLEET 2 LV-MAA, el biplano más antiguo en vuelo en la Argentina; Ignacio Crowder, de Vintage Aviation, con un MK IV de la Segunda Guerra Mundial; además de Sergio Ribeiro y Emanuel Cattozzo con dos RANS S9, y José Basilico, también con un PITTS S-1. Cada pasada baja y cada maniobra de precisión levantaron aplausos y celulares en alto.

El despliegue no se limitó al show acrobático: hubo demostraciones operativas y destrezas vinculadas a intervenciones policiales, con la presencia de la Fuerza Aérea Argentina, el Comando de Aviación del Ejército Argentino, Prefectura Naval, Gendarmería Nacional, Policía Federal y Policía Bonaerense, que compartieron pista y exposición estática en un mismo predio. Esa articulación entre fuerzas federales y provinciales, el Aeroclub y el municipio fue remarcada por el intendente Ariel Sujarchuk, quien recorrió el evento, dialogó con pilotos, escuadrones y organizadores y subrayó que este tipo de propuestas consolidan a Escobar como referencia en materia de cultura aeronáutica y espectáculos masivos en la zona norte.

Más allá de mirar al cielo, el público también tuvo la posibilidad de acercarse a las aeronaves en tierra, conocer su historia, sacarse fotos, conversar con pilotos y participar de distintas actividades recreativas pensadas para todas las edades. El predio sumó además paseo gastronómico, stands de emprendedores y espacios familiares, lo que le terminó de dar al encuentro el carácter de paseo de fin de semana largo, con propuestas tanto para fanáticos de los aviones como para quienes simplemente buscaban una salida distinta. Entre las cabinas abiertas, las hélices detenidas y las charlas técnicas improvisadas, el aeródromo se convirtió en un aula a cielo abierto para muchos chicos que tuvieron su primer contacto cercano con el mundo de la aviación.

Uno de los momentos más esperados de la jornada fue la llegada de Papá Noel en helicóptero, que sobrevoló el predio antes de tocar pista para desatar la euforia de las familias y, en especial, de los más chicos. Allí, el mítico personaje navideño recibió en persona las cartitas, repartió regalos y fotos en la previa de las fiestas, aportando una cuota de magia a una jornada dominada por la potencia de los motores. Como en otras iniciativas del distrito, el acceso se dio mediante una contribución solidaria destinada al programa Escobar Hambre Cero, combinando espectáculo, cultura aeronáutica y compromiso social en un mismo evento que ya se afianza como marca registrada en el calendario escobarense.

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